
Aquí la foto del amigo y otra de su trayectoria:


Esta mañana... calma chicha. Me extrañó pero me relaje. No volví a casa hasta las 13h. Camino tranquilo, sin viento ni lluvia, aunque la radio no paraba de lanzar mensajes de alerta y de precaución.
Pasé St Leu y aquello era otro mundo. El coche empezó a balancearse y tuve miedo. Además llevaba la tabla atravesada dentro del coche. Me acojoné, la verdad. Ramas rotas en la carretera, olas gigantes al lado... un cuadro que no veas... Así que como no sé ni rezar ni nada me dije... concéntrate en conducir y todo irá bien. Ya he llegado a casa, pero ahora puedo decir que he conducido con el ciclón pisándome los talones. He de reconocer que en algún momento miré de reojo el mar enfurecido. Ha sido todo un espectáculo.
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1 comentario:
¡VAya tela ¿no?! No sería mala idea seguir las recomendaciones de las autoridades de vez en cuando ¿Eh? Aunque sé que tu sabes reaccionar perfectamente en situaciones límite, lo que más me ha preocupado cuando lo he leido es que estuvieses sola. ¡Cuidate!, por favor. MUUUAAC
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