Si lo anterior parecía una aventura, las ultimas horas...

Terminando de escribir el anterior post suena el teléfono de la casa. Angélina lo coge, es su padre que le dice que su madre, Maryse, se ha roto la muñeca. Un resbalón a la entrada de un supermercado. Está en el cetro médico de su padre. Necesita que la lleven a St Louis para hacerse una radiografía urgente porque tiene la muñeca rota y es posible que tenga que ser operada. Faltan 20 minutos para que supuestamente sea oficial la alerta roja, en la que está absolutamente prohibido salir de casa y menos aún coger el coche. Vamos las dos al centro médico y ella está allí sedada. Nadie sabe decir si habrá alerta roja o no a las 12. Aparentemente entra en vigor a las 14h. Voy a buscar un cabestrillo a la farmacia y vamos las tres a St Louis al centro de radiología. Allí le hacen la radio mientras llega el padre. Efectivamente la muñeca está rota de cojones y además el hueso está desplazado. Habrá que operar, pero ¿dónde?
El puente que une St Louis con St Pierre, donde está el hospital más cercano, está destruido. Tienen que operarla en Le Port. Problemas: la alerta roja, no hay ambulancias, mi coche no es precisamente el coche fantástico...
Al final un radiólogo que trabaja en St Paul la lleva en el 4x4 para ser operada.
Volvemos a casa y llevo al padre a recoger el coche que está aún en la puerta del super con la comida dentro.
Estamos de vuelta y todo ok. Ella ya está en el hospital en St Paul y la operan a las 18h. Suponemos que harán falta clavos y meses de recuperación. Ya veremos.
Ella, por supuesto, preocupada por quién hará de comer, quién llevará a Angélina al insti, etc., dice que se las arreglará para conducir cuanto antes. Ya le he dicho que puede contar conmigo, tengo cuatro extremidades sanas.